Hace unas semanas me sentí muy orgullosa de que una lectora quisiera, a través de este humilde rincón, hablar de su experiencias sobre la pérdida gestacional para ayudar a otras mujeres, o personas cercanas a ellas, a afrontar esta durísima vivencia.
A raíz de ese post, Ana me contactó. Ella ha vivido en sus carnes la infertilidad, y como mujer, la presión social, el estigma sanitario y el coste psicológico de toda esta vivencia.