Estas navidades mi madre me regaló esta lectura, a la que tenía muchas ganas por su llamativo título y su no menos interesante sinopsis. Como es ensayo, la he leído despacio y paladeando, como este género se merece y hoy vengo con su reseña.Vamos al lío! 
¡ Febrero se me ha pasado volando!. Aunque quedan aún algunos días, te dejo hoy el recopilatorio de momentos bonitos del mes.
Hace unas semanas publiqué un post en que reflexionaba entre la diferencia que existe cuando reaccionamos a algo...o cuando respondemos, ya que la segunda conducta implica una toma de decisiones más racional y menos impulsiva que puede ahorrarnos muchos conflictos. En ese mismo post sugerí profundizar un poco en el aspecto de la flexibilidad mental y tuvo acogida, así que vamos al lío.
Hace ya unos meses que te conté en un post cómo adoptamos a Nana y qué detalles de su inclusión en la convivencia con Betty creo que han ayudado a que ambas se lleven bien. En el paso de este tiempo me he dado cuenta de que hay detalles que también son importantes, y te los quiero contar por si te planteas la convivencia con un perro y un gato.
Este verano, en la biblioteca de Cádiz, encontré un libro cuyo título me llamó poderosamente la atención. Es el mismo que da título a este post y hoy te cuento por qué me ha gustado tanto.
Tuve la suerte de empezar el año en mi tierra, Cádiz y en compañía de mi familia. Así que los detalles bonitos de este mes vienen llenos de recuerdos de esos días ♥
Que comer es mucho más que ingerir alimentos es algo que todas las personas tenemos claro: comemos en actividades sociales, para celebrar, para unir... Pero también comemos guiadas por emociones, como recompensa o como consuelo.
