La convocatoria de hoy ha sido muy divertida porque me ha supuesto todo un reto: Mağ, del blog La trastienda del pecado nos animaba a crear un relato con una palabra prohibida. Además nos proponía varios sitios para hacer la ambientación entre los cuales yo he elegido "Una taberna de puerto". Como hay una palabra prohibida que no puedo usar, el título del relato de hoy en vez de al principio...irá al final.
Podéis pasaros a ver qué más han escrito otras personas participantes aquí.
Entró en aquella taberna oscura
con una actitud muy diferente a la que solía mostrar. Lola Fernández, la
tabernera (más conocida en aquel rincón del puerto como La Ratona), apenas
reconoció al hombre que acababa de cruzar el dintel desde la calle.
Solía abrir la puerta de golpe,
reclamando la atención de todos y entrar con paso calmo, casi chulesco, paseando
su mirada de ojos verde oscuro por toda la estancia, saludando con los ojos a
algunos, retando a otros. Con el cuerpo delgado y fibroso bien derecho: no era
muy alto, pero caminaba tan recto que casi lo parecía. Un cigarro eterno
colgaba de la comisura de sus labios, sobre ese hoyo tan característico que
lucía en la barbilla en la que siempre asomaba ya sombra de barba.
Y por eso, La Ratona, casi no
identifica a Paco en esta ocasión: mirando al suelo, con los hombros caídos y
un rictus de amargura en la comisura de sus labios.
- ¿Qué pasa, Paco, chiquillo?
¡Cualquiera diría que vienes de perder cuartos jugando al mus! ¿O es que por
fin vas a abonarme la larga lista de cubalibres que te tengo anotados en el
cuaderno de la tasca?
Paco se sonrió, casi para él.
Achinó los ojos con ese gesto tan característico suyo que casi lo enternecía a
ojos de quien lo mirase.
- Qué va, Ratona. Lo que tengo que
arreglar por aquí no se apaña con dinero.
- ¿Entonces? – Lola arqueaba las cejas
mientras lo escuchaba con sorpresa - ¿no será mal de amores? ¿No estarás malo,
no? ¡Ay, Paco, no me dejes con el pellizco que son años poniéndote carajillos,
y a mi manera, te aprecio!
- Es que cambio de vida.
- ¿Te embarcas? ¿Te has metido en
un lío y te vas? – Lola se puso la mano en el pecho mientras iba subiendo una
octava su voz - ¡Ay, Paco, que me asusto!
- Tranquila, Lola. Se acabaron los
barcos. Y los follones. A partir de ahora, dedicaré mis días a ver las obras,
jugar al dominó y pasaré de los sol y sombra a los descafeinados de máquina.
Acaban de darme pasaporte.
- ¡¿Pero qué dice este hombre?! –
Lola miraba a la clientela, que empezaba a mostrar interés en la conversación
dados los decibelios de la tabernera - ¿Qué dices de obras, pasaportes y
pamplinas, chiquillo?
- Tranquila, Lola. Anda, abre esa
botella de Chivas llena de polvo que tienes en la estantería, y sirve a esta
buena gente una copita de mi parte, que hoy, cumplo 65.
Hay personas que se toman la jubilación con el fin de todo, y otras como el comienzo.. buen relato.
ResponderEliminarQue tengas un gran día!
Exactamente, aunque yo creo que en los últimos años en general, la gente se lo toma bien.
EliminarBesitos.
No creo que la palabra jubilación sea una palabra prohibida, tampoco creo en las palabras prohibidas, aunque si que es verdad que sin matar ayudan a ello, la maldad está en el hombre, no en las palabras. A mi que me prejubilaron con 55 años y de eso hace mucho, no he tenido tiempo de aburrirme, he aprendido (dos carreras universitarias), he viajado por Europa y América, he leído mucho más bien muchísimo, he paseado y he tratado de vivir y comer lo mejor posible, la vida no se acaba cuando dejas de currelar.
ResponderEliminarSaludos
Claro que "jubilación" no es en sí ninguna palabra prohibida, Emilio. Es solo un juego, una excusa para participar con un relato.
EliminarPor otro lado, yo tampoco creo que me aburra cuando me llegue el momento: soy activa, curiosa y me encanta aprender así que seguro que encuentro muchas cosas en las que invertir deliciosamente mi tiempo.
Un abrazo.
Para muchos y cada vez más la jubilación es el inicio de una etapa plena, llena de actividades, formación, viajes...de disfrutar del trabajo invertido a lo largo de años. Antes si recuerdo que tenia una connotación más negativa.
ResponderEliminarBesitos
Exacto, este prota nuestro está chapado a la antigua un poco ;)
EliminarBesos.
Me ha gustado el relato.
ResponderEliminarTiene chispa... gracia.
Se toma muy bien la jubilación. Yo no sé si me la tomaré igual... cuando pienso en ello no lo veo nada claro.
Muchas horas para llenar....
A algunas personas que conozco no les ha sentado muy bien. Tenían muchos planes, ideas... pero al final nada ha salido cómo ellos esperaban.
¡Gracias, Toro!
EliminarYo creo que sí me la tomaré bien porque soy muy activa y tengo muchos hobbies, pero sí coincido contigo en que hacer muchos planes tampoco sirve porque luego la vida te sorprende.
Besitos.
Muy bien hilado, si bien más que un premio de jubilación parecía una condena de prisión. Pero sí, hay quien al jubilarse, pierde la chispa de vivir.
ResponderEliminarUn abrazo, y feliz día
Depende de la persona. Es que nuestro Paco está chapado a la antigua ;)
EliminarBesos.
Como me gustan tus historias Noelia
ResponderEliminar¡Gracias, Sara! Me alegro mucho.
EliminarMuy buen relato, pensando otras cosas y al final es que había llegado a la edad de jubilarse.
ResponderEliminarBesos.
¡Ya ves! Me gusta jugar al despiste, jajaja
EliminarBesos.
Buen relato, Noelia!!!!
ResponderEliminarJubilación... Esta palabra me persigue en estos días, ja ja ja.
Abrazos
¡Pues que te persiga para bien espero!
EliminarUn abrazo, Maite.
Buen aporte para la convocatoria, es una palabra que a unos asusta y otros la esperan ilusionados. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Ester.
EliminarEfectivamente, cada persona se la toma de una manera.
Besos.
Hay personas que la jubilación les asusta! Muchos años trabajando y cuando llega el momento se encuentran que su rutina es totalmente diferente! Sobra el tiempo! Muchos se buscan un hobby para mantenerse ocupados!
ResponderEliminarSí, yo creo que "nuestro" Paco es de esos ;)
EliminarYo espero ser capaz de tomármelo de otra manera, como mi madre, que es muy activa y siempre tiene planes.
Besitos.
Yo no estoy de acuerdo con la palabra jubilación asuste, estoy a punto de hacerlo y estoy muy contenta por ello, de hecho me proponen en mi trabajo que la posponga y ¡no me da la gana!!!! ¡y eso que estoy en un sitio muy bonito y acogedor, con gente encantadora y a lado de mi casa! ¡no puedo pedir más!! pero ¡llevo más de 40 años cotizados! ¡y ya está bien! por eso me puedo jubilar a los 65 que cumplo en mayo.
ResponderEliminarEso significa que puedo jubilarme porque he trabajado muchos años.
Como imaginarás tengo a mucha gente a mi alrededor que está en la misma situación y que por supuesto es el tema de muchos y la pregunta del millón cuando te encuentras con alguien conocido, familiar o amigo de la misma quinta ¿ya te jubilas???? y nadie está traumatizado!!!!! ¡al contrario! muy contentos!!!
Nos jubilamos porque llevamos mogollón de años trabajando ¡y ya era hora! es cierto que hay un cambio pero ¿y qué? ¿dónde esta el problema? ¡a otra cosa mariposa! ¡algo haremos! yo de momento ¡¡¡¡tocarme la nariz!!!! ja ja ja, ni nos volvemos inútiles ni ninguna de esas tonterías que se escuchan... y quien sienta eso pues con todos mis respetos ¡¡algo le pasa!!
De palabra prohibida ¡nada de nada!, al contrario una palabra muy «deseada» para mucha gente!!!!
Besos
Buen relato. Esa palabra, por unos odiada y por otros amada, la jubilación
ResponderEliminarUn beso
¡Qué buen relato!
ResponderEliminarMe ha parecido estar en esa taberna, me imaginaba incluso como olía.
Gran parte de mi familia ha trabajado en el puerto, y aunqu eles encantaba su trabajo para ellos la jubilación fue estupenda, porque eso significó libertad, viajar, más tiempo en familia, aficiones...
Enhorabuena y feliz jueves.
Has hecho una buena perspectiva de lo que muchas personas le suceden cuando les llega la hora de su jubilación unos se alegran porque es un nuevo comienzo de sus vida, en esta ocasión era como el hundimiento del barco para Paco.
ResponderEliminarTe felicito y te mando de paso unos besos y abrazos marineros.
Sin decirlo, lo has dejado claro, que era el tema a conseguir, muy bien llevado.
ResponderEliminarBesos!
Para mí la jubilación es un nuevo comienzo. No lo veo para nada como un fin de viaje. ¡Besos mil!
ResponderEliminarMuy bien planteado. Los cambios pueden no ser bienvenidos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y sí, es un cambio profundo, ya que de un día para otro la rutina, el hacer diario, los compromisos, los compañeros, los lugares, dejan de ser, se esfuman, se desprenden de la vida cotidiana. Pero claro pasan los días y hay que ir adecuándolos a la nueva realidad y acción. Y como somos muy adaptables es cuando comienza poco a poco la tercera edad con sus características propias.
ResponderEliminarMuy bueno Noelia.
Besos.
Impresionante relato con final inesperado, habiendo recreado a la pefección el ambiente de esa taberna y usos de los bajos fondos del puerto. Muy bueno, Noelia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ay, cuando te ponen a reto eh,
ResponderEliminarMe ha encantado
Al final todo se basa en cómo cierras tu relato: vivir.
ResponderEliminarLa vida son etapas, y todas conforman ese viaje maravillo que, a pesar de tanto, debemos encauzar y disfrutar con todas las cosas que nos aportan y enriquecen.
Muy buena participación, Noelia.
Un placer leerte.
Abrazos, y feliz tarde.
maravilloso* Mi teclado se come palabras 😏
Eliminarwow your story was great:D
ResponderEliminarTemida o deseada, casi nunca es lo que promete jajaa. Muy buen aporte para este jueves de palabras prohibidas. Un abrazo
ResponderEliminarMe encantó. Yo jubilada y con flequillo desde hace años...
ResponderEliminarAdoro la palabra "carajillo".
Un beso, guapa.
Un tema muy interesante el que pone sobre la mesa y un relato qué se queda corto no me importaría leer mucho más
ResponderEliminarJolines si la jubilación es el inicio de un todo, a celebrarlo tocan! Besos.
ResponderEliminaren las profesiones con cierto carácter artístico y liberal, como escritor, dibujante, músico... puedes seguir en activo mientras tu cuerpo aguante. en cambio, en ciertas empresas de informática y consultoría, a los 55 años ya te están invitando a que te vayas.
ResponderEliminarabrazos!
Ya veremos si cuando me toque, con 65 ya te digo que no va a ser. Y se me va a hacer más largo ese extra...
ResponderEliminarEl relato está genial. La descripción del personaje es muy gráfica y detallada tanto en el físico como en la actitud.
Abrazo fuerte
Jubilar... viene de júbilo? ... yo creo que si, quiero cambiar, quiero abandonar las responsabilidades y envejecer con dignidad.
ResponderEliminarSi me lo permites... hay algo en tu mirada.
ResponderEliminarY es una buena razón para brindar! Una buena noticia, un descanso!
ResponderEliminarSaludos
Genio y figura hasta la jubilación...Bueno un marinero varado que aparca sus maneras con fecha de caducidad. Un abrazo
ResponderEliminarNo sé qué pasará conmigo de aquí a entonces, así que tampoco sé entonces pero creo que se trata de una etapa para disfrutar. Es verdad que la vida está mal hecha. Me recuerda al anuncio de aquel coche. Pero siempre hay tiempo para hacer cosas y disfrutar de aquellas que por x motivos no pudimos hacer. Ojalá se dé esa dicha.
ResponderEliminarEs verdad que hay personas que aman tanto su trabajo que dejar de realizarlo es como un golpetazo, pero a todo se hace uno, creo yo.
Gracias por sumarte a la convocatoria aunque he de decirte que porque te he leído en otros blogs diciendo que participabas he podido venir y enlazarte. Por ello te recomiendo que cuando publiques tu entrada a un reto, en este caso el de los jueves, vayas al blog en cuestión para dejar tu enlace. Así podrás estar en el listado y todos los participantes podremos leerte :-)
Muchísimas gracias por tu aporte, Noelia.
Un beso enorme.
La jubilación. Yo me la planteo - si la salud me acompaña- como muy divertida. Las 24 horas del día, libre como un ave del paraíso. Y sí, me tomaré de vez en cuando un carajillo.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Abrazo de tarde de viernes.
Le veo tristón al protagonista entrando en ese cambio de vida! pobrete! a ver si le anima la ratona tabernera que no puede ser eso. Muy emotivo tu relato ;)
ResponderEliminarBss
GuAUUUU, YO también estoy esperando lo mismo!!! No sé si me alcanzará para una vuelta de tragos con todos mis amigos, pero lo espero con ansias!!! Te abrazo - Rosana
ResponderEliminarLa jubilación es otra etapa más, para tomarse la vida más tranquila y a disfrutar de muchas cosas.
ResponderEliminarBuen relato, Noelia.
Un abrazo.
Jubilarse... no lo se, depende de si tenes proyectos o no. Hay que armarse una vida un poco antes para que no nos enfrentemos a un vacio cuando llegue ese momento. Inquietante palabra que me deja pensando.
ResponderEliminarMenos mal que revisé, porque te había puesto un comentario y veo que no ha salido. De tu relato, además del tema, me gustaron eso diálogos tan vívidos que lo hacen avanzar cob soltura. Yo me jubilé a los 62 -Edad de Jubilación en Israel- y estoy muy feliz ahora en Uruguay cerca de mi hija y nietas. ¿Qué puedo decirte?
ResponderEliminarBesos y muy uen fin de semana.
Al leer lo del pasaporte he creído que se refería a una grave enfermedad, así es que en la vida hubiera adivinado que era la jubilación.
ResponderEliminarUn relato para saber que la jubilación es el descanso previsto y nos debe llenar de alegría como pasaporte a vivir la vida.
Un beso
Creo que es uno de los cambios de vida para el que nos preparan poco en la vida, con lo enriquecedor que puede ser! Saludos!
ResponderEliminarReconozco que hasta el final no he dado con la palabra prohibida jejeje
ResponderEliminarBuena historia, a mi me falta muco todavía, pero no veo el momento de que llegue y espero que sea con salud para disfrutar esa nueva etapa.
Besis