Este jueves Tracy nos ha propuesto "La cuesta de Enero" como reclamo para lanzarnos a escribir. Eso me hizo reflexionar que ya hacía tiempo que no escuchaba yo hablar de este término...que ha sido últimamente sustituido por otro...y de ahí, se me ocurrió retomar a las protagonistas de la semana anterior, para hilarlo todo.
A ver qué te parece.
CUESTA DE ENERO
- "¿Blue Monday?" - leyó para sí, apenas sonando mientras movía los labios. A sus 83 años, Mariola (sí, sí, la abuela de Susana, a quien conocimos la semana pasada) Disfrutaba muchísimo, cada sobremesa, de leer el periódico despacio, con todo el tiempo del mundo, mientras su nieta se enfrentaba a deberes, trabajos y exámenes de su secundaria.
- Susana, cariño: ¿qué es el invento este del Blue Monday? - le preguntó a la adolescente, pronunciando todas las vocales del concepto, como está mandado en castellano.
- Abuela significa "Lunes triste" y es que se supone que este lunes, el tercero de Enero, es el más triste del año debido a factores como el frío, los propósitos de principio de año que ya vamos incumpliendo, la escasa motivación y el tiempo transcurrido desde las ya casi olvidadas fiestas.
A pesar de que Susana se expresó de una manera impecable, más propia de una adulta que de una niña, la abuela carcajeaba, mientras la iba escuchando explicarse, llegando a limpiarse alguna lagrimilla de la misma risa que empañaba sus gafas de cerca.
- Pero, abuela, ¡¿qué es lo que te hace tanta gracia?!
- Ay, hija. Me hace gracia que cuando tu madre era pequeña, lo llamaban "cuesta de Enero". Entonces había matices también económicos. Ahora, "el bluemonday" y cuando yo era como tú, no había nombre para llamar a la necesidad que pasábamos y a cómo afrontábamos la vida, sin más. Porque no quedaba otra.
Con esto no quiero decir - siguió la abuela - que ahora seáis más "blanditos", como dicen algunos. Simplemente, se tiene más en cuenta la salud mental, que es también muy necesaria...pero, disculpa, el palabro y la explicación...me han pillado por sorpresa.
La niña miraba a su abuela con amor y simpatía.
- ¿Pues sabes qué te digo, abuela? Trae para acá el bizcocho ese de coco que tienes en el horno, que con él, no hay ni cuestas ni penas que se resistan.

Ni lunes triste, ni cuesta de enero, el bizcocho de la abuela hace olvidar todas las penas. Escribes muy bien, no cuesta nada imaginarse la escena.
ResponderEliminarBesos.
Más que salud mental, excusa para promocionar el consumo. ¿Estás triste? No te preocupes, que te hacemos una oferta extra por si no te animas a comprar en las rebajas, pero sí en el blue monday y se te pasan las penas. Besos!
ResponderEliminarConsumimos tanto, y tanto innecesario que la cuesta es casi que un acantilado a escalar.
ResponderEliminarUn abrazo
La cuesta de enero ha sido sustituida por la de septiembre, si hablamos de dispendios aunque la fama se la lleva enero, pero como en tu relato nada que un bizcocho de la abuela no alivie, me ha gustado el enfoque y la ternura del final. Abrazo
ResponderEliminarMira yo no sabía lo que significaba el palabro ajaj
ResponderEliminarLas penas con pan son menos. Tenemos frases para todas las situaciones posibles inventadas y sin inventar.
ResponderEliminarBesoo, Noe
¡Qué bueno! Con el bizcocho de la abuela se sube cualquier cuesta. Besos
ResponderEliminarBuen relato. Eso, con el bizcocho se lleva todo mejor
ResponderEliminarUn besito
Totalmente de acuerdo con el mensaje. Yo hoy tengo patatas a la Riojana para comer mientras veo nevar y eso si que me anima. Ver que por loco que vaya el mundo puede seguir habiendo inviernos fríos como los de cuando era niña y platitos de puchero que calientan los recuerdos, jeje
ResponderEliminarYo me apunto a ese bizcocho también, jajaj. Me ha encantado Noelia. Besos :D
ResponderEliminarLa palabreja se las trae , pero la abuela sabia hasta la médula ha salido airosa perfectamente . Y lo mejor las penas con pan y vino son menos y si es un bizcocho ya ni te digo . Genial Noelia.
ResponderEliminarUn besote.
El consumismo es exagerado hoy en día, menos mal que tenemos el bizcocho de la abuela!!!
ResponderEliminarEs verdad que con una buena merienda con la abuela, aunque sea temporalmente, se nos pasan todos los males! También pienso que nuestra sociedad actual sufre de muchos problemas mentales, y a quién más y a quién menos en algun momento le puede afectar. La vida cambia y nosotros somos diferentes ahora, ni mejor ni peor supongo! Muy buena reflexión! Un abrazo!
ResponderEliminarPocas cosas como un bizcocho casero hecho con amor del bueno.
ResponderEliminarNo somos los mismos que hace unos años
Muy lindo el relato
Besitos
No sé si nos toman por tontos o lo somos...
ResponderEliminarTiran el anzuelo y la gente pica.
Y encima en inglés.
Bah...
Besos.
Me ha encantado, está lleno de cariño. Un beso y feliz día.
ResponderEliminarNo abuso del dinerillo, pero un bizcocho es un bizcocho.
ResponderEliminarMi comentario se fue al spam?
ResponderEliminarTe ha quedado precioso Noelia.
ResponderEliminarBesos.
Por aquí, en líneas generales, ni una ni otra expresión vienen siendo utilizadas. Pero comprendemos bien se qué se trata, sobre todo en cuanto al tema del dinero, que cada vez es más escaso. Un abrazo
ResponderEliminarNos tienen pillados todo el año y caemos como inocentes, nadie mejor que una abuela para salvarnos de tanto desproposito.Ellas son sábias y nos ponen los pies en la Tierra.
ResponderEliminarMuy entrañable tu relato !
Besos
Si es que todo está inventado! Aunque ahora le pongamos nombres,muy bueno! saludos!!
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