Hace unas semanas decidí renovar mi colección de eyeliners de colores con tres nuevas adquisiciones. Una es de Essence, antiguo conocido en quien confío y otras dos, de Debby, que han supuesto mi primer contacto con la marca y, como podréis deducir por el título del post, ha sido algo agridulce.
Pero dejadme que os argumente, como debe ser. ¡Vamos al lío!