Cuando salió Ziaja, sufrimos tal boom informativo en Internet, que literalmente, llegué a saturarme de la marca sin haberla probado.
Eso provocó que me pasase meses y meses sin acercarme a un stand de la marca: hay muchas en el mercado (y cada vez más) y no era algo que me quitara el sueño.
No obstante, tras leer una review muy positiva de su exfoliante enzimático y con el aliciente de que la venden en una de mis tiendas locales favoritas de Granada (La Casita de Cocó), decidí lanzarme, por fin, a probarla.
Hoy os traigo mis impresiones sobre dos productos, con sus luces y sus sombras.
¡Vamos al lío!