Ya sabéis que todos los años, a finales de agosto suelo aprovechar para - entre las ultimísimas rebajas y las nuevas propuestas - hacerme con un puñado de básicos que sean versátiles y me sirvan para esta etapa de transición que es el otoño.
No me gusta comprar ropa totalmente de invierno (jerseys, botas...) ni tampoco muy veraniega (colores y estampados intensos) sino más bien una suerte de prendas sencillas a las que pueda sacar partido con sandalia, sabrina o zapato salón; con rebeca o sin nada, si aún hace calor.
Hoy os enseño los últimos "fichajes" de mi armario.