Lo que escribo (XIV): Supersticiones

Cuando Campirela nos tentó con el tema “supersticiones”, la verdad es que me bloqueé y no conseguía empezar ningún relato que me satisficiera. ¡Y mira que es un tema que, como amante de la psicología, me llama la atención!

Así que, por ambos motivos, decidí investigar un poco y conocer el origen de algunas de las supersticiones más conocidas.

1. Pero, ¿por qué existen las supersticiones?

Desde que las personas somos personas necesitamos tener la sensación de que nuestro mundo es predecible y controlable: forma parte de nuestra vulnerabilidad humana el querer explicarnos los sucesos y tener seguridad. Así que, cuando no hemos podido hacerlo (por ejemplo, porque forman parte de eventos futuros) a veces hemos recurrido a la creatividad, que mezclada con eventos culturales como la historia o la religión, han sido el caldo de cultivo perfecto para la superchería.

Vamos a conocer el origen de algunas de las supersticiones más conocidas.

2. La maldición del espejo.

Desde pequeña me contaron que, si se rompía un espejo, a la casa donde ocurriera le vendrían 7 años de mala suerte. ¡Menuda hipoteca esta! La creencia de esta especie de maldición data de los romanos, que creían que al romperse un espejo, el alma de quien se estuviera reflejando en él, quedaba atrapada para siempre en el objeto roto. También los romanos creían que en la vida todo sucede en ciclos de 7 en 7 años, de ahí la duración de tan nefasto anuncio.

3.Pobres michis negros.

En la edad media la persecución a las brujas (que no eran más que mujeres con conocimientos de botánica, a menudo con cierta edad y que vivían de manera autónoma – algo raro para la época - terminó con el asesinato de miles de mujeres inocentes (no lo digo de forma baladí, puedes leer aquí todo un libro al respecto) y además el rechazo impregnó a una serie de símbolos que rodearon el imaginario de cómo lucía una bruja, alcanzando a los pobres mininos, con lo bonitos que son.

Por cierto, el otro día aprendí otra curiosidad: la forma en que suelen representar a las brujas, con sayas oscuras y gorros de pico tiene que ver con el uniforme que llevaban las mujeres cerveceras (alewife).

4.El  pan bocabajo.

Quizá esta superstición no es tan “super famosa” pero yo la tengo presente, porque mi padre, que no es una persona especialmente creyente de nada, se apresuraba a darle la vuelta  la hogaza de pan si, al poner la mesa, la poníamos boca abajo.

He buscado el motivo, y está directamente relacionado con el cristianismo: el pan representa el cuerpo de Cristo, por lo que ponerlo boca abajo, es una falta de respeto.

Y tú, ¿conoces la explicación de otras supersticiones? ¿Alguna que te contaran mucho de peque?

Si quieres ver otras participaciones, pásate por el blog de Campirela que las organiza esta semana :)

Gracias por seguir en este viaje. 

 Por muchos momentos bonitos