Ya de cabeza en la rutina, retomo también en el blog mis participaciones jueveras en los retos de escritura. La verdad es que me encanta dejar volar mi imaginación con los títulos o consignas que nos proponen y sentir la hermandad bloguera con otros participantes a quienes leo y disfruto.
"El tiempo que escapa"
No puede ser…¡no me da tiempo! – decía Susana, malhumorada mientras se mesaba el pelo de pura desesperación. – Es que no es justo – continuaba – se me escurre la vida entre los dedos, los minutos se me escapan como aire por una ventana…los días corren veloces y siento que no avanzo.
Es una emoción que angustia, una sensación de estar perdida y de impotencia. Da igual lo que haga, siento el tic toc como un péndulo sobre mi cabeza. Segundos que vuelan como cabellos al viento, momentos que transcurren y que nunca más retornaran. – a medida que decía estas últimas palabras, parecía declamar como una poetisa griega. Su perfil perfecto contrastaba con su pelo enredado de puro nervio, su cuerpo tenso y el desorden que tenía en la mesa camilla, llena de apuntes, bolígrafos y libros de texto a medio salir de una mochila abandonada de cualquier manera en una esquina.
Todas estas palabras, y muchas más, decía Susana en aquella tarde de invierno. Estaba nerviosa por los próximos exámenes trimestrales. Sólo tenía quince años.
Mientras tanto, al otro lado de la sala, la escuchaba su abuela, con 83, una sonrisa en la boca, reprimiendo las ganas de mostrarle lo que era, de verdad, sentir que el tiempo … se escapa.
Moli del Canyer nos propuso esta consigna, en su entrada que te enlazo para que puedas ver a otras personas participantes. Y me recordó a la diferente percepción del tiempo que tienen los jóvenes con respecto de sus mayores. Me pareció divertido tratarlo en este breve relato, espero que te haya gustado.
Gracias por seguir en este viaje.
Por muchos momentos bonitos.
La abuela es sabia.
ResponderEliminarTambién fue joven y seguro que sintió algo parecido.
Me has hecho pensar en lo lamentable del mundo de hoy en día donde se desprecia la experiencia de la gente mayor que ya ha vivido lo que muchos no.
Es un derroche de sabiduría que clama al cielo.
En vez de aprovechar todo ese caudal de vida lo aparcamos en residencias o simplemente lo invisibilizamos.
Así vamos.
Besos.
¡¡¡BRAVO, TORO!!!
EliminarEstá claro que tener la sensación de que el tiempo vuela va con cualquier edad, al menos hoy en día, tantas cosas que queremos hacer y luego nos vemos sin tiempo. Hemos de tomarnos la vida con la mayor tranquilidad posible para no angustiarnos en exceso.
ResponderEliminarBesos.
Está interesante el contraste. Besos!
ResponderEliminarEl tiempo ese compañero fiel que nos acompaña en todos los momentos de nuestra vida, incluso durmiendo él está pegadizo a nosotros. Un fuerte abrazo, feliz resto de semana.
ResponderEliminarLas abuelas son sabias, sin duda. El tiempo se escapa, a ciertas edades a mayor velocidad.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo me acuerdo lo que duraban los años cuando era pequeña y ahora pasan volando. Un beso y feliz jueves.
ResponderEliminarCada texto tuyo que leo me gusta más. Este es para reflexionar, y mucho. Besos :D
ResponderEliminarBuen relato. Un besito
ResponderEliminarEso de "no es justo" ajajaj, y cierto que en esa edad parece que no hacen otra cosa que estudiar... por lo menos la mía..
ResponderEliminarLa forma en que nos sentimos frente al paso del tiempo es tan relativo! Sólo cuando comprendemos esa relatividad lo valoramos con justicia. Un abrazo
ResponderEliminarBardzo mi się podoba.
ResponderEliminarPerdona que invadí tu espacio al ponerle un BRAVO a Toro, pero acababa de leerte y me encontré con unas palabras que parecían sacadas de mi pensamiento y no me pude contener.
ResponderEliminarTe iba a decir que había visto muy interesante el enfrentamiento que has hecho con el concepto del tiempo que tiene la nieta y el de la abuela, una mujer sabia, que ya está de vuelta y sabe por el tiempo vivido, cómo se las gasta el tic tac del reloj.
Besos
Me parece genial el enfoque del paso del tiempo comparando ambos personajes, a la nieta y a la abuela. Y como de crítico es para la joven que aun le queda mucho por delante, y como la abuela ya ha asumido a mirarlo de otra manera! Un abrazo!
ResponderEliminarEs cierto que eñ tiempo se escapa cuando tu edad es avanzada, y no tiene tanta importancia cuando eres joves que te sientes invencible.
ResponderEliminarA Tracy le dije en su blog:"Cuando se es joven el tiempo camina como un caracol, de adulto como un coche F1", que es similar a tu posición.
Saludos
La abuela piensa con razón y es que hay bastante contraste entre la prisa de una y las ganas de que el tipo se detenga de la otra. Besos
ResponderEliminarbueno, yo les doy la razón a las dos. la nieta está agobiada por los exámenes y el poco tiempo que hay para prepararlos, y la abuela quizá desearía regresar a su juventud, o no... cada etapa de la vida tiene sus propias preocupaciones.
ResponderEliminarmuy bonito relato, noelia. besos!!
Y todos pasamos por eso y llegaremos también
ResponderEliminarUn abrazo
Es precioso Noelia.
ResponderEliminarBesos.
Interesante contraste. yo diria que la abuela ve pasar el tiempo y la chica se ahoga en el stress y la ansiedad. la calma es algo que nos dberian enseñar de jovenes, pero no estariaamos prprados para el estres y la competitividad de la adultez. en fin...
ResponderEliminarabrazooo, Noelia
La niña de 15 y la abuela de 82 sienten que el tiempo se acaba cada una a su manera. Pero la abuela puede brindarle a la nieta consejos útiles para aprovecharlo.
ResponderEliminarBesos
es tan relativo el tiempo como importante hasta Einstein nos abrió los ojos . De niño para mi el tiempo era elastico pasaba lentísimo, a medida que pasan los años, en serio, el tiempo se acorta. Un abrazo
ResponderEliminarAyyy, la abuela tenía el secreto de la vida guardado en la punta de la lengua.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el relato, Noelia, así como la composición de tu fotografía.
Un besazo
Solo son distintos tiempos, para la nieta, es tiempo de correr
ResponderEliminarAbrazo
Qué bueno el contraste entre la muchacha, su aceleramiento y su agobio, supuestamente tiene toda una vida por delante, y la paz de la abuela con todo o casi todo ya vivido.
ResponderEliminarUn abrazo.
El tiempo pasa para todos, solo está en nosotros es cómo nos afecte. A veces, el tiempo es un vaso en el que nos ahogamos; otras, esa paciencia que demora cada minuto.
ResponderEliminarUn contraste marcado por la experiencia.
Un beso, Noelia.
Nadie aprende por cabeza ajena y el paso del tiempo es el que más nos enseña de este tema. Saludos!!
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