El reto de este jueves consistía en escribir un texto donde el nombre de un animal se usara con sentido figurado . Nos lo propuso Dorotea, de "Lazos y Raíces" y la verdad es que me pareció ingenioso, pero viendo la lista de animales que fue tan amable de dejar para inspirarnos (buitre, burro, mono...) me da pena que los usemos sobre todo para insultar. Así que yo me he propuesto salir de ese cliché.
A ver qué te parece...
La señora Carmen Velázquez era
una mujer entrañable. Menuda y delgada, aún conservaba en sus ojos un brillo
sagaz que, cuando te miraba de frente, parecía leerte hasta el alma.
Se movía por su tienda con
agilidad pasmosa de aquí para allá y, pese a todos los cachivaches que le
rodeaban, parecía saber exactamente y en todo momento, donde estaba cada cosa.
-
Carmen, ¿tienes canela en rama?
-
¡Hola! ¿me da usted pastillas de encendido para
la barbacoa?
-
¡Buenos días!, compresas de noche con alas,
¿tendría?
Y Carmen ni
pestañeaba, se dirigía grácilmente hacia cualquiera de los cajones, esquinas,
estantes o botes de su enorme colección de espacios, y sacaba rápidamente el
producto solicitado.
A veces,
cuando entraba en la tienda, la encontraba sentada (y me sorprendía) comiendo
un puñado de frutos secos. Había algo de roedor en su postura, un poco
encorvada sobre su mano, sosteniendo el puñado de nueces o almendras fritas.
Quizá de un tiempo a esta parte, con tanta grande superficie y tanto bazar,
menos gente entraba en su tienda de alimentación y por eso aprovechaba las
pausas para descansar y picar algo.
Pero eso a
Carmen tampoco le quitaba el sueño: después de criar 4 hombres y 3 mujeres y
disfrutar de un total de 14 nietos y nietas, más dos gemelos en camino, si
algún día tenía que echar el cierre, sabría disfrutar el momento.
Y los años
venideros: Al fin y al cabo, paso a pasito, Carmen había guardado unos magros
ahorros para su jubilación que le permitirían vivir con lo que necesitaba, que
tampoco era tanto.
Sin duda,
Carmen era, por allá donde la mirases, toda una Señora Ardilla.

Una propuesta muy curiosa y un personaje entrañable. Besos!
ResponderEliminarUna vida bien aprovechada la de la señora Carmen "Ardilla".
ResponderEliminarEntre Amazon y los bazares acabarán con las pocas tiendas que quedan.
Buen relato, me encantan las ardillas, listas, curiosas y entrañables!
ResponderEliminarEstupenda la Señora Carmen, un relato estupedo donde la dinámica de preguntas y respuestas han estado a la altura de esa linda ardila. Un beso Noelia.
ResponderEliminarQué hermoso. Cuántas Carmen han estado en cada barrio donde casi todas ellas, ardillas maravillosas, han ido desapareciendo dejando sus tiendas en algún rincón perdido de la historia.
ResponderEliminarBesos!
Qué erenura en esa Carmen como Ardilla, me ha gustado tu enfoque.
ResponderEliminarUn abrazo
Un buen relato
ResponderEliminarUn beso
Me ha gustado muchísimo.
ResponderEliminarBesitos
Me encanta el personaje y las ardillitas :)
ResponderEliminarme encantan las ardillas, son muy simpáticas, aunque algo huidizas para fotografiarlas. :)
ResponderEliminarla señora carmen debía tener mucha experiencia en el trato con las personas, al llevar toda una vida cara al público en aquella tienda. y ya no hablemos de haber criado y educado a siete hijos.
muy bonito relato. besos!!
Un buen relato.
ResponderEliminarBesos.
Muito bacana, uma história bem interessante e criativa, gostei muito. Beijos ;) https://costuraerasga.blogspot.com/
ResponderEliminarMe gusta muchísimo, y me has recordado a otra Carmen, la de la tienda de lanas en la qu emi madre compraba lana, botones, cremalleras y de todo, porque aunque se anunciaba como tienda de lanas ven´día más cosas. Era ella también una ardillita, a veces la veo, a sus 90 años y viajo en el tiempo.
ResponderEliminarEnhorabuena por el relato, es muy muy bonito.
Bonita propuesta! Saludos
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