En esta ocasión el reclamo viene de mano de Mağ que nos propone hablar del beso en cualquiera de sus concepciones. Una vez más he dejado volar mi imaginación y te enseño lo que ha salido.
Diario de besos.
Los primeros besos seguro, me los
dio mi madre. Yo no los recuerdo, pero puedo imaginar que serían algunos
suaves, como aleteos de mariposas en mis mejillas de recién nacido, con miedo a
despertar el sueño ligero de los bebés. Y otros, besos de los que aspiran el
olor a vida que emanan de los bebés: yo mismo he dado esos besos, años después,
a mis hijos y a mis nietos.
De pequeño, muy pequeño, recuerdo
los temibles besos de mi tía Luisa: esa señora toda brazos, pechos, caderas que
mientras me besaba con pasión fraternal, me estrujaba y decía “¡pero qué grande
estás, Alvaritoooo!”. Yo sé que ella lo hacía con todo su amor, pero a mí casi
que me daba miedo verla llegar, temiendo ese momento.
Otros besos de la infancia eran
los de la abuela Maura: esos que me daba mientras me curaba las rodillas,
echadas abajo una y otra vez de mis trastadas por el parque. Esos besos, a ella
le sabrían a mis lágrimas y a mí me sabían a alivio y a amor incondicional. Mientras
mi abuelo me reñía por ser tan trasto, ella aguantaba mis hipidos, bote de agua
oxigenada en una mano, algodón en la otra y la boca cargada de palabras de consuelo.
Vuelan los años y recuerdo dar
besos al espejo, y a alguna actriz en el papé cuché de las revistas de mi casa.
¿Cómo será besar a una chica? ¡Me parecía una ingeniería cuando espiaba a mi
hermana Laura! Esos besos de tornillo, interminables, todo labios, lengua,
dientes y saliva. Besos calientes que no tardé en probar por mí mismo de los
labios de amores de juventud.
Y besos en la frente sudorosa y
en los nudillos tensos de la mujer que me hizo padre mientras ella gritaba de
dolor en el parto. ¡Ay, Carmen! Mira que he dado besos, pero los que nos dimos…esos
no se me olvidan. Y besos a ese bebé que antes te decía.
Pasa la vida y me acuerdo, incluso,
de los besos que daba a Toby, el perrito que mi hija Julia trajo una tarde
lluviosa de Marzo. ¡Quién me diría a mí que querrían tanto a un animal como
para darle esas muestras de cariño tan humanas! Y pronto, los besos de Julia se
volvieron esquivos (“¡que me dejes, papá!”) y casi antes de que me diera tiempo
a echarlos de menos, llegaron de nuevo de la boca infantil de mi nieto León.
¡Ay, Carmen! Cómo te eché de
menos. Los besos del funeral me dieron ganas de mandarlos a todos a la mierda. “¿¡Cómo
que lo sentís?!, ¿¡Cómo qué “pésame”!”… A mí sí que me han pesado todos los
besos tuyos que me han estado faltando estos años, Carmen. Los he llevado en el
recuerdo, eso siempre.
¿Y tú? Si estás leyendo este
diario, es porque se acabó para mí el tiempo de besos. Confío en los besos de
mi propio entierro sean una despedida que me enseñen el camino para marcharme
con la compañía de un beso en la frente de alguien que me haya querido.
Toda una vida entre besos.
ResponderEliminarMuy bien hilado este tierno relato.
Muchísimas gracias, toro.
EliminarBesos.
Cuánto poder tiene un beso! Todos con su significado, hasta los besos de Judas significan algo.
ResponderEliminarComo no, besos, pero no de Judas.
Viniendo de ti, seguro que son besos muy ricos,Cocinera!
EliminarEntre beso y beso, besos de toda una vida.
ResponderEliminarMe ha encantado, Noelia.
Besitos
¡Gracias! Me alegro mucho.
EliminarUn abrazo.
Ay qué preciosidad.
ResponderEliminarHoy tengo un mal día y leer esto...
Enhorabuena.
Un abrazo.
Gracias, Marigem.
EliminarEspero que tus días hayan mejorado.
Y esos besos que eran metralletas?? las de las amigas de las abuelas.. que te cogían por los carrillos y te achuchaban tanto que temblabas cuando aparecían..
ResponderEliminarMuy buen relato
Te juro que hay mucho de autobiográfico en la tía Luisa de este relato, jajaja.
EliminarBesos.
Mientras no sea el beso de Judas todos los besos son bien recibidos.
ResponderEliminarSaludos
Aquí solo hay cabida para los besos buenos ;)
EliminarMe parece un texto precioso. Cada vez te sale mejor y más fluido.
ResponderEliminarGracias!
A ti.
EliminarUn abrazo.
Muy buenos días, la vida en el transcurso de los besos de nuestra familia. Encantador relato que nos narra toda una vivencia.
ResponderEliminarHasta esos besos de la mascota son recordados con ternura.
Te mando un tremendo beso que se sume a ese periplo de ellos. Muakkkk
¡Otro grande para ti de vuelta!
EliminarGracias!
Es un texto estupendo. Hay besos que nos dan, en los momentos peores, que un siliencio habríamos agradecido más, mucho más.
ResponderEliminarUn abrazo azul
Un abrazo y besos azules.
EliminarUn relato muy bonito
ResponderEliminarUn beso
¡Gracias! Besos para ti también.
Eliminarqué bonito relato!! te has metido en la piel de un hombre mayor que recuerda los besos dados y recibidos, desde su infancia hasta la etapa actual de su vida...
ResponderEliminara los niños les dan un poco de grima según qué besos. una vez mi madre me presentó a un primo suyo, y yo que era muy repipi le saludé dándole mi pequeña mano. y él dijo "no, no, a mí me das un beso!". si al menos hubiera sido alguna chica guapísima... 3:)
besos!!
Ahora ya sabes que se dice que a los niños no hay que obligarles a dar muestras de cariño que no les salen y me parece genial, pero sí, en nuestra época, era casi obligatorio besar y ser besado por educación.
EliminarBesos.
Ainss me ha encantado!! qué nunca falten los besos y los abrazos, hacen tanta falta como el respirar. Un beso
ResponderEliminarEso es, ya hora más que nunca.
EliminarBesos.
Me has alegrado el ratito, qué momento más bueno leyéndote.
ResponderEliminarMuchas gracias, reina.
Un besazo enorme.
Que gran escrito Noelia 😘😘😘
ResponderEliminar¡Gracias, Sara!
EliminarBesos.
\m/ Noe \m/ ... Abrazo de Jueves ojos sonrientes
ResponderEliminarUn gran abrazo para ti tambień!!
Eliminaruna vida entre beso y beso
ResponderEliminarEso es!
EliminarUn relato bellísimo y lleno de dulzura
ResponderEliminarLo valoro
Isaac
¡Gracias, Isaac!
EliminarUn abrazo.
Siempre hay un último beso, físico, el de quien más nos ama. Al final, es lo que nos queda, el amor que dimos y el amor que recibimos.
ResponderEliminarUn texto entrañable, lleno de sentimiento.
Muchísimas gracias por sumarte a mi convocatoria, Noelia.
Nos vamos leyendo.
Besos.
Eso es, al final es el amor lo importante.
EliminarGracias a ti por hacerla, querida Mag.
Besos.
Un relato que a través de los diferentes besos y etapas narra toda una vida con ternura y dulzura.
ResponderEliminarPosiblemente el beso más importante debe ser el que acompaña a esa despedida eterna.
Me ha gustado mucho tu relato.
Un abrazo.
Me alegro mucho, José Luis.
EliminarUn abrazo.
Todos esos besos son importantes en la vida de cualquier humano (incluso para los perritos). Saludos
ResponderEliminar¡Que se lo digan a mi Bettu, que es super besucona! Jajaja
EliminarBesos.
Besos desde el principio hasta el final
ResponderEliminar¡Y sin parar!
EliminarMuy bonito. Me ha encantado.
ResponderEliminarBesos
¡Gracias, Joanna!
EliminarMe alegro mucho, guapa.
Me has hecho recordarlos besos "de tornillo" que veíamos en las pelis y que nos hacían creer que ponían un cristal por medio para que los labios no se tocaran, las monjas sabían como desmitificarlos, seguro que alguna los había probado. Me has hecho sonreír.
ResponderEliminarJajaja pobrecillas, que les quiten besar (entre otras cosas) es poco humano.
EliminarBesos.
Vaya recorrido por los besos que has hecho, no te has dejado ni uno. Precioso aporte el tuyo, besos.
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Me alegro mucho.
EliminarBesos mil!
Toda una vida de besos, crecemos y damos vida con los besos. Muy lindo el texto.
ResponderEliminarBesos y feliz fin de semana.
¡Así es! Muchos besos para ti también.
Eliminarel recorrido de los besos en todos sus matices
ResponderEliminarabrazo
¡Todos tan humanos!
EliminarAbrazo.
etapas, estaciones de nuestra vida y en cada una de ellas el siempre deseado..o temido beso que nos relaciona con el entorno en que vivimos. El beso es una manifestación humana necesaria. Un abrazo
ResponderEliminarDe verdad que sí, ahora hace falta más amor que nunca.
EliminarUn abrazo.
Una crónica preciosa DEDICADA A LOS BESOS...
ResponderEliminarAbrazos y feliz fin de semana.
¡Sí! Muchas gracias y besos para ti también.
EliminarUf, qué relato más emotivo, Noelia, me encantó. ¡Una vida de besos! Yo quiero eso.
ResponderEliminarUn besazo enorme y feliz finde
Muchas gracias, Dafne, me alegro mucho que te haya gustado.
EliminarUn besazo gordo.
Y que nunca falten. Y siempre quedan besos por dar....por no saber o por no poder darlos ya. Muy bueno Noe. Saludos!
ResponderEliminarSí, es verdad. Esos besos que no se pueden dar ya, los mandaremos al cielo.
EliminarBesos.
Un relato enternecedor, bonita forma de hilar los besos.
ResponderEliminarUn abrazo 🤗
Me alegra que te guste, Dakota.
EliminarBesos.
La vida contada en besos, qué bonito lo cuentas!
ResponderEliminarBesis
¡Gracias!
EliminarUn abrazo, María José.
Que inspirado cuento, Noe. Es muy hermosa toda la lectura, emocionante y toda una vida entre besos.
ResponderEliminar¡Muchas gracias, amiga!
EliminarBesos para ti también.
Has plasmado una diversidad de besos cuyo recuerdo queda plasmado en el diario y su impronta en el alma.
ResponderEliminarUn abrazo, Noelia
Los gestos de amor, siempre. Es lo que nos humaniza.
EliminarUn abrazo, Myriam.